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2.- La Salida

La Salida

Eran las 9 de la mañana. Me desperté pensando en un extraño sueño. Donde había un misterioso muchacho, humano, que no escapaba de mí, en cambio, me miraba con unos ojos extremadamente eléctricos, como un azul marino eléctrico, que no estaban asustados mi furiosos, sino que mostraban una felicidad y emoción intensa. Su piel era solo un poco mas oscura que la mia, con unos labios carnosos, dientes perfectamente alineados y blancos, y cuando sonreía tenia unos preciosos hoyuelos marcados tan profundamente que parecía que nunca cesaba de sonreír. Su barbilla era cuadrada y hermosa, sus mejillas estaban sonrojadas, su nariz era perfecta y su cabello era de un color castaño claro, casi rubio.

El era el chico de mis sueños. Mi misterioso humano.

Ya tenía mis maletas listas así que me asee y salí a desayunar. Salí en mi bata de seda negra. Vi que mi familia ya estaba ahí y completamente vestida. Así que me acerque, y tome un vaso recién calentado de sangre y me senté con ellos en la mesa.

-Buenos días.
-Buenos días dormilona.-me dijo Adrián, que estaba con una sonrisa de oreja a oreja.
-Buenos días Zua, hasta que por fin te despertaste.-me dijo Daniel.
-¡Creo que se cayo de la cama!-dijo Val.
-Nop, la noto muy pensativa.-dijo Keila, mirándome fijamente.
-Es que tuve un sueño, uno muy raro.-musite casi para mi misma.
-Déjame ver.-me dijo Keila y le enseñe al hermoso chico de mis sueños.
-¡Oh por dios! Es bellísimo, y no es raro, es totalmente sexy.-dijo Keila, emocionada
-¿puedo verlo?-me dijo Valeria y se lo enseñe.
-¡Es un muchacho!- exclamo Valeria.
-¿Qué?- preguntaron Adrián y Daniel al unísono.
-Es un hermoso chico, rubio y con los ojos azules.-dijo Keila, entusiasmada.
-Zua, tienes que encontrar a ese chico.- me dijo Val.
-¿Por qué?- le pregunte.
-El es tu compañero, bueno, lo será.-musito.
-¿Cómo lo sabes?- le interrogue.
-Fue así como yo descubrí que estaría con Daniel, yo también soñé con un hermoso chico, pero aun estábamos en Ucrania cuando paso.- me respondió.
-¿Estas diciendo que mi hermana acaba de encontrar a su pareja ideal por que un sueño se lo dijo?-le pregunto Adrián.
-Si, es algo así como una predicción.-le respondió Valeria.
-Entonces ahora eres una médium.-me dijo Daniel.
-No lo se, aunque ese sueño fue fuera de lo común.-le dije.
-Bueno, cambiate para ir al coliseo, parece que nos vamos hoy.-me dijo Adrián.
-Ok.

Termine mi vaso de sangre y me fui a mi cuarto. Me puse un pantalón negro con botas hasta la pantorrilla y taco aguja, una blusa de tirantes negra con escote un poco pronunciado y me rice el pelo. Me maquille y me puse el uniforme.

-¡Trae tus maletas!-me dijo Keila.

Agarre mis tres maletas negras y las lleve a las sala, volví a mi cuarto y entre al baño a sacar mis cosas de aseo y las metí en un bolsillo de mi maleta. Adrián y Keila tenían 3 maletas cada uno, Daniel y Valeria también.

Salimos los 5 del dormitorio y vimos que habían como unas 50 personas en el corredor con maletas y mochilas de diferentes colores y tamaños. Llevamos nuestras maletas al coliseo y nos sentamos en nuestra habitual mesa.

-¿Qué les hizo pensar que nos iríamos hoy?
-Hillary paso hoy por los dormitorios con un miembro del consejo, y dijeron que seria mejor irnos mañana, pero dijeron que deberían acatar ordenes del consejo y dirección, así que nos vamos hoy.- respondió Adrián.

-¿Nos vamos hoy? ¡No podemos irnos hoy! ¿Como podremos viajar sin nuestros ataúdes? ¡Aun no los tenemos hechos!- gruñí, sabiendo que moriríamos quemados si viajamos sin nuestros ataúdes a una tierra desconocida.

-Talvez nos den nuestros ataúdes hoy… ya que hace 3 meses nos preguntaron nuestro color favorito y las medidas para este.-me dijo Val, tratando de calmarme.

Al parecer todo el coliseo escucho nuestro pequeño intercambio de ideas, ya que todos comenzaron a opinar acerca de ello, los murmullos se alzaron hasta convertirse en conversaciones de 2, hasta 3 mesas, y todo se apago cuando el consejo entro siguiendo a mi padre.

El es pálido, del talle de Adrián, con los ojos verdes y anaranjados, su cabello es castaño claro, y su cara tiene tal seriedad, que nuca podrías levantarle la voz, o talvez mirarlo a los ojos.

-Buenos días estudiantes.- nos dijo mi padre, con un tono de disculpa.-Al parecer el rumor se corrió, y es cierto, nos vamos hoy, dentro de 4 horas, y como debo suponer, algunos de ustedes se preguntaran por que el adelanto de planes, la cuestión es estudiantes, que el viaje lo aremos en un periodo de 3 días, ya que un mal cálculo nos atrasó en los planes trazados.

Cada uno de ustedes debe dejar sus maletas etiquetadas en las mesas y volver a sus habitaciones, allí encontraran sus ataúdes del tamaño y color adecuado para cada uno de ustedes.

También encontraran un numero especifico de jarras de sangre, el numero será de acuerdo a la cantidad de personas que ocupen la habitación. Cada jarra de sangre contiene 3 litros de sangre, los cuales deberán ser utilizados para ingerir en estos 3 días de viaje. Los litros de sangre los verterán en unos botes especiales de un compartimiento en sus ataúdes, allí podrán almacenarlos, e ingerirlos mediante una intravenosa.

Cada ataúd contiene un colchón y una almohada. Ustedes deberán ponerle sabanas y limpiarlo constantemente, ya que dormirán en ese mismo ataúd durante su estancia en la academia Dwelengdor. Mientras estemos de viaje no se les estará permitido abandonar los ataúdes, así que cada uno de ustedes podrá llevar 4 objetos de su preferencia en el ataúd. Dentro de 3 horas los ataúdes serán recogidos de sus habitaciones. Una vez que lleguemos a la academia Dwelengdor se abrirán los ataúdes, ustedes deberán cerrarlos y embarcarlos para ser trasladados hasta sus dormitorios.

Cada habitación tendrá de 4 a 5 vampiros viviendo en ellas, puedes ser hembras o machos, en las mesas de sus habitaciones deberán dejar una lista con el nombre de las 4 personas con las que se alojaran. Ahora deben ir a prepararse. Nos vemos en 3 días, Adiós.

Subí mis maletas a la mesa y los demás me imitaron. Después me senté en la banca y los cuatro se me quedaron mirando.

-¿Qué les sucede?- les interrogue.

Los cuatro se sentaron y no me respondieron, hasta que Keila se dio por vencida y me sonrió.

-Nos estábamos preguntando con quien compartirías la habitación… es solo que no queremos presionarte a hacer una rápida elección.
-¿No quieren compartir su habitación conmigo?- les interrogue de nuevo, sabiendo que esta vez si obtendría una respuesta.
-Claro que si, aunque creíamos que te sentías obligada a estar con nosotros.-musito Valeria, casi para si misma.
-Solo viviré con ustedes, si es que eso es lo que quieren.-les respondí.
-Entonces esta decidido, vivirás con nosotros en Dwelengdor.- dijo Adrián.

Nos levantamos y salimos del coliseo, con dirección a nuestra habitación. Allí encontramos 5 ataúdes, todos del mismo tamaño, cada uno tenía un color diferente, el de Keila era verde manzana, el de Valeria era rojo sangre, el de Adrián era Azul metálico, el de Daniel era verde oscuro y el mío era totalmente negro, y me encanto.

Fuimos a la cocina, y en al mesa encontramos las 5 jarras de sangre, estaban en temperatura ambiente, así que podríamos enfriarlo o calentarlo antes de verterlo en el compartimiento de nuestros ataúdes. Yo enfrié mi jarra de sangre y la vertí toda en el compartimiento.

Aun no había decidido cuales objetos llevar en el ataúd, así que metí mis 3 Ipods, mis 2 laptops y mi celular el ataúd. Vi que mis hermanos y cuñadas repetían el mismo procedimiento que yo emplee con sus jarras de sangre.

Daniel y Valeria ya habían terminado, así que se fueron a su dormitorio a pasar el rato. A los pocos minutos Adrián y Keila se fueron a su habitación y yo copie en una hoja nuestros nombres para la asignación de dormitorios en Dwelengdor.

Me sentía un poco cansada, así que termine de alistar mi ataúd, le puse sabanas negras y le puse una linda funda negra a la almohada.

Me saque las botas y las guarde en un rincón de mi ataúd junto con mi uniforme, y me eche en mi ataúd y cerré la puerta hasta que sonó un clic y no pude ver nada, de ahí me deje llevar por la inconciencia.
 
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